Notas
“Vivimos en zozobra, con miedo de que nuestra población se contagie”
UH/ Para el especialista, no es propicio abrir la frontera por la gran cantidad de casos en Brasil. IMPORTACIÓN.
Muchos de los compatriotas que llegan de San Pablo ingresan al país con síntomas.
Para el neumólogo Carlos Pallarolas, profesional del Hospital Regional de Ciudad del Este y miembro de la Asociación de Médicos del Alto Paraná (AMAP) y de la Sociedad Paraguaya de Neumología, filial Alto Paraná, la frontera debe permanecer cerrada hasta que el pico ascendente de transmisión y muerte empiece a descender en Brasil.
Dijo que hace dos meses que no duermen tranquilos y viven en zozobra constante como profesionales por temor a que el nuevo coronavirus afecte a la población esteña.
–¿Por qué es un riesgo abrir el Puente de la Amistad?
–Es peligroso porque en este momento el Brasil, como todos conocemos y escuchamos, está en la famosa curva ascendente, que conseguimos nosotros controlar con todas las medidas sanitarias que hemos tomado, que con gran iluminación y bendición han hecho nuestras autoridades sanitarias, que nos permitió achatarla.
No es como dice el presidente (Jair) Bolsonaro, que esto es una macanada, ojalá fuera así, es el sueño de todos.
A mí me encantaría que esto fuera una macanada y dormir tranquilo todos los días.
Hace dos meses que vivimos en zozobra, con el miedo de que nuestra población se contagie.
Lastimosamente del otro lado del puente no se han tomado las medidas correctas por culpa de la cabeza y hoy nosotros estamos muy expuestos.
–Pero la curva de contagio está subiendo.
–Está en aumento por culpa de los casos externos, porque del otro lado del puente lastimosamente no se adoptaron las medidas necesarias.
La cabeza misma ha dicho que es una “gripezinha”, que no hace falta tomar cuidados, y hoy en día roza los 10.000 fallecidos en el Brasil y con cantidad en aumento de los casos positivos.
O sea, la curva se encuentra en su ascenso, eso después tiene una meseta y vuelve a bajar.
La idea es que, en un momento, cuando esa curva llega a un tope, tanto de fallecidos como de casos positivos, la situación empiece a controlarse, entonces allí estamos hablando del descenso de la curva.
Y a partir del descenso de la curva, un cierto tiempo después, como ocurrió en Italia y España, no es que yo estoy inventando, empieza a disminuir los casos y los fallecimientos y fue el momento en que ellos piensan en tomar la cuarentena inteligente.
Nosotros estamos adoptando hoy esa medida, porque no llegamos a tener una curva en ascenso y con una catastrófica situación gracias a Dios y gracias a la intervención de nuestras autoridades sanitarias.
Lastimosamente del otro lado está en ascenso, entonces eso hace que en este momento sea impensable la apertura del puente.
–¿En cuánto tiempo sería posible normalizar el paso fronterizo?
–Más adelante, la idea es abrirlo con un control, que es lo que proponen los empresarios organizados en distintos gremios.
Pero eso será en una segunda o tercera etapa, donde vamos a evaluar la situación del otro lado y del nuestro.
Parafraseando al doctor Sequera, cuando el Brasil se engripa a nosotros nos agarra neumonía; es decir, Brasil estornuda y nosotros nos resfriamos, somos un país muy dependiente de ellos.
Hay una alta tasa de circulación con ellos.Una situación más tranquila va a vivir Encarnación.
Vemos que la Argentina, a pesar de su situación económica terrible, prefirió apostar por una cuarentena bien restrictiva como la nuestra.
Comparativamente en números estamos casi igual, tanto de fallecimiento como de casos positivos.
Yo creo que con ellos será diferente la situación y podremos abrir más temprano la frontera, pero no así con el lado brasileño.
Argentina y Uruguay dicen lo mismo, que no van a abrir sus fronteras con el Brasil, no piensan abrir fronteras, porque también se ven amenazados.
–Literalmente estamos importando los casos Covid-19.
–La mayoría de las personas que ingresan al Paraguay vienen de San Paulo, que es la zona más afectada del Brasil en este momento.
Los casos positivos de nuestros albergues son de quienes han venido del otro lado de la frontera, no se puede prohibir el ingreso de nuestros compatriotas, entonces el plan en este momento es que las demás regiones sanitarias y gobernaciones vayan acogiendo a sus pacientes.
Tenemos la ventaja de que la mayoría son jóvenes, están en la franja etaria de 15 a 30 años.
Hay pocos mayores de 40 a 45 años, pero en su mayoría son jóvenes, entonces todos presentan síntomas leves; es decir, ellos pueden ir a cumplir la cuarentena en sus localidades y con un control diferente.
En este momento tenemos alrededor de 550 personas distribuidas en los diferentes albergues de Alto Paraná.
Hay un contagio importante, pero la mayoría ya han venido con el virus, cuando uno hace la consulta se da cuenta de que al ingreso muchos ya venían con síntomas.
–¿Los contagios se dieron dentro del grupo en los albergues?
–Puede haber quienes se hayan contagiado ya dentro del grupo, pero la mayor parte ya vinieron con síntomas.
Entonces nuestro principal objetivo ahora es descargar nuestros albergues, para poder ir evaluando para que los demás puedan ir ingresando, porque no podemos cerrar por completo las fronteras a los compatriotas.
Allá (Brasil) ya no tienen qué comer y por lo menos acá tienen un plato de comida, y eso es algo humanitario, no podemos negarnos a eso. Esa es nuestra realidad, son nuestros compatriotas y tenemos que aceptarlos.
–¿Será posible llevarlos a cada uno en sus departamentos de origen?
–Se habló con el doctor Sequera, que es director de Vigilancia Sanitaria, y la doctora Belén Ramírez, que es asesora del Ministerio de Salud a través de la OPS.
El viceministro Juan Carlos Portillo lleva la propuesta, más concreta ahora, y él mismo, a través de la Codena, buscará coordinar y organizar.
Van a estar más cerca de sus familiares. Tengo entendido que ese es el plan en este momento.
–¿Se fracasó como bloque a la hora de combatir el Covid-19?
–Haciendo un análisis muy personal, si este señor Bolsonaro hubiera tenido la brillante idea de liderar y llamar a los presidentes de los demás países del Mercosur y decir:
“Señores, nos encerramos en Sudamérica, nos vamos a autoabastecer durante seis meses, vamos a hacer una cuarentena bien restrictiva y cuando la curva se haya aplanado comenzaremos a salir de vuelta”, te aseguro que la situación hoy hubiera sido diferente, pero no es lastimosamente.
Él debió haber liderado en nuestra región, en nuestro continente una campaña conjunta para frenar la circulación del virus y la situación hubiera sido otra, pero lastimosamente no fue así.
Eso hubiera sido lo ideal, pero tomó otra actitud. Lastimosamente no tuvo en cuenta el asesoramiento de su ministro de Salud, a quien destituyó posteriormente y como consecuencia hoy es triste la situación.
El propio ministro de salud decía que ellos están esperando tener más de mil fallecidos por día, te imaginas algo así.
No es solo el tema de los fallecidos, hablamos también de una carga viral muy alta, que es el peligro.
Lastimosamente del otro lado del puente no se han tomado las medidas correctas por culpa de la cabeza y hoy nosotros estamos muy expuestos.
La mayoría de los compatriotas que llegan del Brasil ya han venido con el virus. Cuando uno hace la consulta se da cuenta de que al ingreso muchos ya venían con síntomas.
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