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Hallan en el Paraguay un yacaré prehistórico desconocido hasta hoy

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El investigador Sergio Ríos Díaz, de la Secretaría de Cultura, junto a otros colegas extranjeros, acaba de descubrir una nueva especie de caimán extinto en la zona de Puerto Pinasco, Presidente Hayes. Se trata de un animal prehistórico del Cuaternario del que no se sabía nada en la literatura científica. Ríos clama por una especialización en paleontología en nuestro país, ya que, según manifestó, todavía hay mucho por descubrir.

Sergio Ríos Díaz está a punto de finalizar la carrera de biología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Facen-UNA) y se desempeña como funcionario técnico del Dpto. de Arqueología y Paleontología, Dirección General de Bienes y Servicios Culturales, de la Secretaría Nacional de Cultura, desde el año pasado. Cuenta con 12 artículos en revistas científicas y 3 capítulos de libros.

Hallan en el Paraguay un yacaré prehistórico desconocido hasta hoy

Presentó el descubrimiento del yacaré recientemente en las XXVIII Jornadas Argentinas de Paleontología de Vertebrados, realizadas en la ciudad de Zapala, Neuquén.

–¿Cuál es el estado actual de la paleontología en Paraguay?

–Estamos todavía gateando en el Paraguay. En los últimos años se dio la coincidencia de que algunos jóvenes (estudiantes de geología y biología) empezamos a retomar, de a poco, estudios sobre restos paleontológicos del Paraguay. Durante los últimos dos siglos surgieron numerosas e importantes contribuciones sobre fósiles del país, pero la gran mayoría de ellos fueron realizados por científicos provenientes del extranjero, que estuvieron de paso por nuestro país.

–¿Tienen problemas?

–Sí, empezando por el hecho de que aún no contamos con museos que posean las condiciones de albergar y exhibir una colección grande de fósiles y realmente todavía no poseemos los recursos para garantizar que los yacimientos paleontológicos puedan ser protegidos en su totalidad.

–¿Recién en los últimos años el Estado y la universidad se preocupan del tema?

–Es innegable que recién en estos últimos años existe una preocupación por parte del Estado en temas tanto paleontológicos como arqueológicos. A mi parecer, el hecho de que hayan existido varios casos muy difundidos mediáticamente y con muchos comentarios de la ciudadanía aportó en forma positiva a que el Estado empiece a invertir en paleontología.

En los últimos 5 años ocurrió el importantísimo hecho de que, por primera vez, se contrató a gente para trabajar en temas paleontológicos en la FACEN y, más recientemente, en la Secretaría Nacional de Cultura.

–¿Qué pasó con las canteras de Itauguá que tienen recursos paleontológicos?

–Estamos trabajando en un plan de preservación que involucre a los dueños de las canteras y a la comunidad. La experiencia de otros países ya nos ha demostrado que una postura institucional unilateral no es la solución para una problemática de este tipo.

Hay que destacar, además, que las canteras de Itauguá muestran uno de los mayores tesoros paleontológicos que posee nuestro país, la gran biodiversidad del silúrico inferior (400 millones de años antes). Sin embargo, ha sido estudiada, como otros restos fósiles, más que nada por científicos del extranjero. Por eso considero que la Facen debe de cumplir un rol vital respecto a acrecentar los datos científicos que tenemos sobre el sitio.

–¿Cuál fue la investigación que realizaste?

–La investigación que presenté consistió en la descripción preliminar de una nueva especie de caimán o yacaré extinto, proveniente del Chaco paraguayo y que vivió a fines del Cuaternario (entre unos 100.000 y 10.000 años atrás). El trabajo fue realizado en conjunto con el Dr. Daniel Fortier, de la Universidad de Piauí, Brasil, quien es experto en caimanes y cocodrilos fósiles. Es el primer fósil de vertebrado del Paraguay que resulta ser una nueva especie para la ciencia.

–¿Qué hallaron?

–Los restos del caimán consisten en una porción de la parte posterior del cráneo del animal y algunas placas óseas, que descubrimos junto a fósiles de numerosas especies en Puerto Pinasco, Pdte. Hayes, en un trabajo de verificación y rescate por parte de la Secretaría Nacional de Cultura, luego de que la propia comunidad (a través de la Intendencia) se comunicara con la SNC cuando, durante una bajante, aparecieron algunos huesos de gran tamaño.

–¿No había un solo registro científico de ese animal extinto?

–No, es una nueva especie para la ciencia.

Las proporciones de los huesos preservados son muy distintas a las presentes en todos los caimanes vivientes y en los fósiles que preservan dicha región. Se caracteriza principalmente por tener las aberturas supratemporales (unos orificios redondeados en la parte superior del cráneo) mucho más grandes que otras especies.

A través de estimaciones, también podemos decir que era un caimán muy grande, mayor a las especies que hoy día viven en el Paraguay.

Para llegar a esa conclusión, comparamos nuestro material con el de las demás especies de caimanes y otros Crocodylia (el grupo de los caimanes y cocodrilos) y revisamos las publicaciones existentes sobre el tema.

El registro fósil de caimanes durante el cuaternario sudamericano es muy reducido, por lo que el descubrimiento del Paraguay es importante a nivel regional.

–¿Cuánto tiempo te tomó realizar el trabajo?

–Estamos trabajando con el material desde hace más de un año. El trabajo aún no está finalizado, ya que todavía falta que se publique oficialmente en una revista científica. Recién a partir de ese momento la especie tendrá un nombre propio y será válida.

–¿Cuesta hacer paleontología en nuestro país?

–Cuesta, definitivamente, al igual que cualquier otra disciplina de ciencias naturales en nuestro país, ya que aún no contamos con una estructura (recursos humanos, bibliografía, colecciones de referencia, etc.), que pueda darnos una autonomía en cuanto a estudios científicos. A esto hay que sumarle el hecho de que por ahora somos pocos los que trabajamos el tema en el Paraguay, y todos nos encontramos cursando o finalizando nuestras carreras de grado.

–¿Debe existir la carrera de Paleontología o alguna especialización para los interesados?

–En estos momentos, iniciar de cero una carrera de grado de Paleontología en nuestro país no sería práctico. Sin embargo, considero necesario que carreras como biología o geología posean una orientación opcional (en los últimos semestres o años) hacia la paleontología, como ocurre en países vecinos y con larga tradición en estudios paleontológicos, así como también creo importante la creación de un posgrado en la materia.

La generación de una masa crítica de futuros profesionales con una formación volcada a la paleontología sin dudas posibilitará que el estudio de nuestros restos fósiles se incremente constante y progresivamente y no sea solo una cuestión temporal o mediática.

–¿Qué opinás con respecto a la postura de que no hay que invertir en estudiar animales prehistóricos, sino los actuales?

–Estoy totalmente en desacuerdo con esa idea. El argumento es parecido al que se esgrimió en algún momento en países con mayor tradición científica en relación a la inversión para estudios astronómicos o del fondo marino.

Es muy importante estudiar los seres vivos actuales, pero sin la evidencia que nos aportan los fósiles sería mucho más difícil conocer su historia evolutiva.

Todo tipo de investigación científica es importante, y más una investigación paleontológica, considerando lo poco que conocemos de nuestros fósiles. Aparte de su valor científico, los fósiles en nuestro país tienen el agregado importante de ser considerados patrimonio cultural, por lo que creo que todo tipo de inversión en el área está más que justificada.

–¿Hay mucho por descubrir en el Paraguay en relación a la prehistoria?

–Definitivamente, sí. Literalmente, apenas estamos empezando a hurgar la superficie de nuestro país.
Muchos de los hallazgos en el Paraguay han sido producto de la casualidad, por lo que solo nos queda imaginar los millares de restos fósiles y nuevas especies que podríamos descubrir si existiera la cantidad de gente necesaria para desarrollar una mayor cantidad de investigaciones en paleontología.

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