Nacionales
Turismo es desaprovechado como generador de ingresos económicos
Los economistas utilizan con frecuencia el concepto de “ventaja comparativa” para explicar por qué en comercio internacional los países deben buscar especializarse en la producción y exportación de aquellos bienes o servicios cuyos costes de realización son relativamente bajos en comparación a otras naciones que podrían producir lo mismo pero bajo costes sensiblemente más altos.
En materia de turismo, el Paraguay está, a priori, muy desfavorecido frente al primer destino turístico mundial, Francia, que anualmente recibe a más de 80 millones de visitantes. El vetusto país, además de su rica historia y arquitectura, está situado estratégicamente y tiene costas sobre el Atlántico, el Mar del Norte y el Mediterráneo, además de compartir Los Pirineos con España y Los Alpes con Suiza e Italia.
Pero Paraguay también está en desventaja en la región, donde lindamos nada menos que con Brasil y Argentina, dos de los más conocidos destinos turísticos mundiales.
Sin embargo, la ventaja comparativa paraguaya reside en su exuberante y única naturaleza. El gran Chaco y el Pantanal paraguayo. Francia no lo tendrá jamás y Brasil, que lo comparte con Paraguay y que sí dedica especial cuidado al mismo, no lo promociona como debiera a causa de la diversidad de su oferta turística.
La Secretaría Nacional del Turismo debe entender que las Ruinas Jesuíticas son, justamente, ruinas. También debe comprender que las costaneras de Encarnación y Asunción no pasan de infraestructura física básica en cualquier ciudad del globo, así como que el Lago de Ypacaraí dista mucho de asemejarse al Titicaca o al Lago de Como, pero que la imponente belleza del Pantanal y la exclusividad de su fauna y flora tienen todo el potencial para eclipsar a cualquier Palacio de Versalles.
CIFRAS
Ahora bien, viendo al turismo como una de las fuentes de ingresos más importantes de la economía, tenemos que, de acuerdo con los datos de Turismo en las Américas, publicado por la Organización Mundial del Turismo (OMT), esta industria representa el 9% del PIB mundial (unos US$ 6,7 billones) y es responsable por uno de cada once empleos formales.
Sólo en el continente americano el turismo en 2012 movió US$ 213.000 millones, de los cuales US$ 23.500 millones en América del Sur.
De las 26 millones de personas que hicieron turismo internacional en Sudamérica en 2012, sólo 579.000 visitaron Paraguay, dejando no más que US$ 265 millones en caja, de acuerdo a la OMT, en tanto que Bolivia, con características similares a Paraguay, recibió 1,1 millones de visitantes.
INFRAESTRUCTURA
Si el enfoque de la oferta está equivocado en Paraguay, también lo está el concepto de la infraestructura necesaria para recibir a los visitantes.
Primero que nada hay que entender que el turismo que genera dividendos es aquel que visa la recepción de pasajeros de medio y alto poder adquisitivo, donde los jubilados juegan un rol importante, así como los turistas que viajan con sus familias.
Esto significa que el albergue romántico de paredes de tabla, sin aire acondicionado y hamacas de punto no cuentan como infraestructura y que el visitante debe contar en su hospedaje con mejores comodidades que las que cuenta en su propia casa.
Todo un trabajo de logística debe ser encarado y una fuerte inversión en infraestructura es requerida. Habrá que facilitar el acceso inmediato vía aérea desde Asunción hasta los destinos promocionados, desarrollar toda una red de servicios para atender a los visitantes, desde la instalación de cajeros automáticos y sucursales bancarias, el montaje de restaurantes y bares y la proximidad de centros asistenciales o la garantía de poder acceder a uno en el menor tiempo posible.
Es una apuesta fuerte, pero el retorno de la inversión es alto y la materia prima es inagotable.
Francia hace de la industria del turismo el 7% de su PIB (US$ 192 mil millones). En Paraguay los US$ 272,7 millones ingresados en 2013, hacen sólo el 1% del PIB, y habremos de tener presentes que el producto interior bruto francés arriba a US$ 2,7 billones, mientras que el paraguayo no supera los US$ 29.600 millones.
Tampoco es un proyecto a corto plazo, pero el Gobierno de Horacio Cartes parece haber tomado la decisión de ordenar la casa desde los cimientos, lo cual indica que es el mejor momento para empezar a pensar en el desarrollo de una infraestructura turística con objetivos ambiciosos.
Solo tomar en cuenta que la industria demanda una participación intensiva de mano de obra calificada, para lo cual las universidades y centros especializados deberán formar a los administradores, chefs, guías, etc., a lo que hay que sumar un ejército de obreros, sin olvidar el impacto indirecto a través de la intensiva demanda de proveedores.
Lo dijo Carlos Slim en su visita a Paraguay “vivimos en la era de los servicios”, y el turismo no es una industria nueva, su eficacia está más que probada. Horacio Cartes no tiene más que buscar el equipo técnico adecuado y echar a andar la maquinaria.
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